A finales de 1980 y principios de 1990 el camino de Santiago empieza a recuperar la vocación peregrina de antaño, como consecuencia de una serie de acontecimientos ya contados, que ha ido en aumento gradual hasta culminar el año actual con un contingente próximo a los 300.000 peregrinos. Las consecuencias son de toda índole, social, económica, religiosa y, por supuesto, artística, pues el componente creativo es coaxial a cualquier acto colectivo y, máxime, tratándose de la vieja ruta de Santiago, tan fecunda en este asunto. Desde la perspectiva literaria este nuevo hecho supone una importante y novedosa floración del género narrativo y poético, que obviamente aún no se ha cerrado pues siguen publicándose actualmente obras de diferente valor, a la espera, como dice algún crítico literario, de esa cimera obra que ponga el broche áureo a la creación artística.
En las siguientes cuartillas se repasa en orden cronológico las obras narrativas que, aunque distintas en los argumentos y el estilo del relato, comparten idéntico embrujo por el camino de Santiago y sus hondos contenidos históricos, paisajísticos o esotéricos. Pero debe subrayarse que la intención presente es solo la de informar al lector de las obras, evitando pues la opinión subjetiva o valoración del peso formal de las mismas, sobre todo, si se sopesa que el narrador no ha podido leer todavía la mayoría de las novelas publicadas.
De novela pionera puede calificarse El camino, el Peregrino y el Diablo de GENARO XAVIER VALLEJOS JABALA, publicada por la Diputación Foral de Navarra en 1978, a pesar de que fue un libro finalista del premio Planeta en 1971 y del Ateneo de Sevilla en 1972. Porque, en efecto, se trata de la primera novela histórica que se edita, adelantándose a las demás de este subgénero, que tendrá un fabuloso cultivo a partir de la década de los años 90 en adelante. Y porque además es un relato que aborda sin recelo el tema del camino de Santiago cuando el camino era una calzada sin peregrinos.
Genaro nació en Sangüesa en 1897 y falleció en Pamplona en 1991. Fue un sacerdote comprometido con las misiones -cofundador del Secretariado Internacional de Misiones- que compatibilizó su cargo pastoral con el oficio de escritor. La novela es una recreación de la peregrinación a Santiago del Infante D. Carlos de Navarra en el año 1381. La ruta que sigue coincide con la que señala Aymeric Picaud, autor del libro V del Códice Calixtino, aunque el infante viene de Francia por Perpiñán y pasa a Barcelona, Montserrat , Tarragona y Poblet. Luego recorre tierras de Aragón y de allí, a través de Sangüesa y Ujué, penetra en Puente la Reina para seguir en adelante los hitos característicos del camino francés. Recoge a un leproso en el Monte del Gozo y entra con él en la ciudad de Santiago. El relato acaba con una descripción del Pórtico de la Gloria.
Bien documentado, el escritor reproduce acertadamente los monumentos, iglesias, monasterios y hospitales que se derraman a través del camino. Describe la variedad de paisajes que halla a su paso. Pinta vigorosamente la variedad de tipos y peregrinos. Y no duda en mostrar las costumbres, las músicas y el folclore de los pueblos, de donde se deduce que los protagonistas principales son el camino y el peregrino junto al diablo, como indica su título, que representa las dificultades y problemas que D. Carlos padece a lo largo de la ruta. Aporta también rasgos de la situación histórica de este siglo, perfiles de personajes de la época y muchas leyendas jacobeas que se han trasladado oralmente de generación en generación.
Obra con voz propia en la que el autor pone escrupulosa atención en el detalle historicista y con un lenguaje rico y variado.
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