Hospitales del Camino (y III).

         Por todo el Camino brotaban hospederías como hongos. Solo en Burgos, a finales del siglo XV, se contabilizaban treinta y dos edificios de esta clase. Pero sobresalieron por su importancia dos hospitales, el de San Juan y el del Rey.

      tn_BU-BUR-HOS-SAN-JUA-1270001[1]                                             El Hospital de San Juan fue en sus inicios, a finales del siglo XI, una modesta casa que atendía a pobres y peregrinos bajo la administración y custodia de monjes benedictinos. Es en 1479 cuando se emprende una gran reforma por bula del Papa Sixto IV, por la cual aportaba suficientes recursos a la obra, que convierte al Hospital de San Juan en uno de los más importantes de la ciudad pues llegó a tener ciento diez camas diarias. Tuvo enorme éxito popular la botica por la sabiduría de los frailes-farmacéuticos, tal es el caso de Fray Tomás de Paredes, que la atendieron, elaborando fórmulas magistrales y cuidando con esmero el vivero de plantas medicinales. Tras la Guerra de la Independencia y dos desamortizaciones el hospital perdió impulso y en 1949 sufrió un devastador incendio conservándose solo la portada. Desde 1971 se levanta, en su solar, la Casa de Cultura de Burgos.

        imagesCALW85T5                                           El Hospital del Rey fue fundado en 1195 por Alfonso VIII y su administración la encomienda el monarca a la abadesa del vecino convento de las Huelgas, que a su vez delega esta función en doce frailes de la Orden del Cister. Contó con abundantes recursos lo que permitió que el hospital atendiera con holgura las necesidades alimenticias de peregrinos y menesterosos que allí paraban. A partir del siglo XV había ochenta y siete camas, repartía alimentos abundantes y de buena calidad, un equipo de asistentes sanitarios se ocupaba de los enfermos, e incluso los moribundos recibían los últimos auxilios cristianos de un confesor poliglota. Todo ello hizo que Herman Krinig, viajero y cronista, situara el Hospital del Rey a la cabeza de los hospitales burgaleses. Pasó por diversos avatares, tales como los saqueos de las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia,  la adaptación como hospital militar del bando nacional en la Guerra Civil española de 1936 y la conversión en un centro de acogida de pobres y desvalidos hasta su fallecimiento siendo atendido por las monjas de la Congregación de San Vicente de Paul. Actualmente es un edificio  que acoge el Rectorado de la Universidad de Burgos y la Facultad de Derecho.

                                           imagesCA8A0HLUCorría el año 1486 cuando los Reyes Católicos llegaron a Santiago de Compostela como peregrinos en una ruta que iniciaron desde O Cebreiro por la antigua y aislada Galicia. Asolados por el abandono de muchos enfermos y pobres decidieron construir un hospital para paliar este problema, conocido como Hospital Real de Santiago de Compostela. Fue el arquitecto Enrique Egas el que plantea el diseño en 1492 pero las obras no empezaron hasta 1501. El hospital está perfectamente acabado en 1511. Se trata de un gran edificio en forma de T que presenta dos zonas o claustros a ambos lados, uno para hombres y otro para mujeres. En la intersección de la T estaba la capilla. Más adelante se completó con dos patios que no había previsto el arquitecto. Estaba dotado  de estancias, cocina, corrales, almacenes, botica , cárcel, inclusa, bodega y trabajaban  profesionales sanitarios y sirvientes bajo la dirección de un administrador que tenía amplios poderes. Incluso llegó a gozar de privilegio judicial en virtud del cual los trabajadores del hospital estaban sometidos a una jurisdicción propia. Curiosamente la institución acogía asimismo a niños huérfanos o abandonados, y fue Rosalía de Castro una de las niñas atendidas en esta sección por ser hija de un clérigo compostelano que no quiso hacerse cargo de la delicada situación, cuya huella ha quedado inmaculada en la personalidad de la gran poetisa gallega. El Hospital tras haber atravesado graves problemas de financiación entra en una profunda crisis y se transforma en el año 1954 en el actual Hostal Reyes Católicos. Queda como recuerdo de aquella fecunda y generosa institución la dación de diez comidas diarias a los peregrinos que llegan a Santiago.

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